Un entrante, que, al mismo tiempo, puede hacer las veces de complemento o incluso de plato principal. ¿Sabes de que plato te estamos hablando? ¡En efecto! ¡De los huevos con arañas!
Ingredientes
Lo bueno de este plato, es que en realidad no requiere de mucho tiempo de preparación, y lo único que necesitas es un poco de maña a la hora de montar el plato. Esto es lo que necesitas:
- 6 huevos medianos
- 2 latas de atún
- 12 aceitunas negras
- Mahonesa
Preparación de los huevos con arañas
Cuando tus invitados vean este curioso manjar en el plato no van a poder apartar la mirada de él. Y es muy posible que muchos de ellos no se atrevan ni a probarlo… ¡así que siga estos pasos para que quede perfecto!
- Pon una cacerola con bastante agua y llévala al punto de ebullición. Entonces baja la potencia del fuego a la mitad y mete los huevos con sumo cuidado. Cuécelos durante unos 8-10 minutos hasta que queden bien duros.
- Cuando los huevos estén listos, enfríalos un poco con agua y procede quitarles la cáscara. Ya con todos “pelados”, córtalos por la mitad, pero a lo largo.
- Con sumo cuidado, les quitas las yemas y estas las pones en un cuenco, mezclándolas con latas de atún y un poco de mahonesa. Mezcla todo bien hasta conseguir como resultado una pasta homogénea.
- Dicha pasta va a ser la que rellene los huecos de los huevos en los que antes estaban las yemas. Pon un poco más de mahonesa para cubrir la zona.
- Ahora viene el momento de trabajar un poco maña para hacer las arañas. En realidad, es muy sencillo: debes cortar todas las aceitunas negras (importante que no tengan hueso) por la mitad. Una mitad la pones boca abajo sobre la mahonesa en el huevo.
- Una vez que has puesto todos los cuerpos de las arañas toca hacer las patas. ¿Cómo? Sencillo, con las mitades de las aceitunas que te han sobrado. Estas las cortas en juliana, en trozos no demasiado grandes, y las pones en el huevo. Y… ¡listo! Ya tienes tus huevos con araña para servir.
- Ten mucho cuidado a la hora de montar el plato, sobre to a la hora de retirar las yemas, ya que la clara del huevo por muy hecha que esté se rompe con facilidad.